Una cancha de fútbol en la comunidad, pero no para la comunidad

By Maria Cruz,
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May 15, 2022

West Dallas

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Por: Oscar Saravia

Foto: Nitashia Johnson

En una reciente tarde agradable, los vecinos de Los Altos estaban afuera disfrutando casi cada rincon del West Dallas’ Benito Juarez Parque de Heroes.

Una señora sacó a pasear a su perro en lo que un señor estaba andando en su bicicleta. Un padre y su hijo estaban jugando con una pelota de futbol americano en el pasto herbáceo que está junto al patio de recreo, en donde hay niños jugando con la supervisión de sus padres. Jóvenes jugando en la cancha de baloncesto.

La una excepción era el gran campo de fútbol, exuberante con verdes primaverales pero estéril de actividad. El candado en la barda que rodea el campo se encargo de eso.

El campo se encuentra en medio del Benito Juarez Parque de Héroes en el vecindario de Los Altos. Hace años, era un centro de actividad del vecindario, con partidos de fútbol y padres enseñando a sus hijos cómo jugar el deporte.


Desde el 2012, la ciudad de Dallas construyó una barda alrededor del campo, casi no se usa, solo los fines de semana cuando los equipos le pagan a la ciudad tanto como $61 la hora para usar el campo para las prácticas o partidos.

Casi después de una década que la barda fue construida, los residentes que rodeaban el vecindario de Los Altos decían que no sabían por qué la ciudad decidió privatizar el único campo público de futbol que tenia el vecindario.

Antes que la barda fue construida, la gente jugaba ahí seguido y ayudaban mantener el campo y el parque en buenas condiciones, dice Raul Reyes Jr., vicepresidente de la asociación del vecindario de Los Altos.

“Decepciona ver esa barda y saber que tienes que pedir permiso para utilizarlo, especialmente cuando ves a gente de otras comunidades venir de vez en cuando para usarlo.” Dice Reyes.

¿Es progreso tener una barda?

Benito Juarez Parque de Héroes tiene un significado especial por la historia que hay detrás del parque en Los Altos. En el 1997, un lote anterior en la parte superior de un vertedero por fin se convirtió en un parque, la cual el vecindario ha tratado de instalar por 17 años, de acuerdo a un artículo de Dallas Morning News article del 5 de abril del 1998.

Ya que el parque empezó a tomar forma, organizaciones y donadores empezaron a contribuir para remodelar las instalaciones del parque. Uno de los fundadores era Samaki Walker, que fue jugador de los Dallas Mavericks, contribuyó $7,000 para construir una cancha de baloncesto.

“Vi el lote—- estaba muy sucio a un extremo” Walker dice en el artículo. “Quería ayudar a los niños. De donde vengo, teníamos que caminar como cuatro o cinco vecindarios hasta que teniamos la oportunidad de jugar baloncesto.”

El mismo artículo dice que “voluntarios instalaron el equipo de juegos y construyeron un diamante de béisbol y una cancha de fútbol” en el 1998. La cancha de baloncesto que fundó Walker sigue en el parque y aunque también está encerrada con barda, permanece disponible para el público, no como el campo de fútbol.

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“Mi pregunta es, ¿por qué no podemos tener el mismo acceso al campo de fútbol igual que a la cancha de baloncesto?” Dice Reyes.

Un año después en el 1999, vecinos le preguntaron al ex concejal del distrito 6 de Dallas Steve Salazar, por un cambio de nombre de Winnetka Park a Benito Juárez Parque de Heroes.

 Una estatua de bronce de 17 pies de Benito Juárez con una base de granito también fue construida en el parque para conmemorar al ex presidente de México. Mil vecinos de West Dallas se reunieron para celebrar y disfrutar el nuevo parque.

Con el parque estabelecido, miembros de la comunidad empezaron a pedir comodidades tal como luz para el parque y alrededor de la cancha de futbol. El 21 de diciembre del 1999 el artículo de Dallas Morning News, Salazar confirmó que $200,000 fue asignado para el mejoramiento del parque, con fondos que fueron aprobados por votantes que fue un paquete de bonos del 1998 y fondos federales asignados para el desarrollo comunitario, incluyendo una etiqueta de precio para la luz de $86,000. Pero la ciudad dijo que “una gran solicitación de proyectos de construcción” estaba atrasando a los mejoramientos.

Muchos vecinos se quejaron que los oficiales de la ciudad no les importaba a necesidades de la ciudad.

“Los niños dicen que quieren jugar aquí por que es su parque, pero que no hay luz,” Isidro González dijo esto en el artículo. “Nadie puede hacer nada después que se obscurece. Esta es una comunidad de bajos ingresos, y tal vez por eso los oficiales de la ciudad no se están apurando en instalar las luces.”


Los mejoramientos llegaron una década después, en el 2009.  City of Dallas Park and Recreation Board agenda enseña eso, inicialmente la ciudad planeaba en gastar $246,600 en fondos de bonos y de fondos federales, pero fundamentalmente $449,200 fue gastado en el Community Development Block Grant funds — intentó en “construir una comunidad más fuerte” – para los mejoramientos de la cancha de futbol, un sendero, un baño portátil, mobiliario del sitio, dos estacionamientos nuevos y “bardas.”

“La cancha de futbol del parque anterior– la cual no tiene bardas– fue muy usada que el pasto se estaba maltratando que ya no se podía reponer,” Andrea Hawkins, quien maneja la experiencia de visitantes y la participación de la comunidad para los parques de Dallas, le dice a Dallas Free Press.

Cuando la cancha fue renovada, Hawkins dice, “oficiales de la ciudad y de los parques decidieron en instalar bardas para proteger una reciente renovación y para prevenir que se dañe el pasto. La barda aseguraba en tener el pasto en buen mantenimiento, y la decisión de utilizar la cancha solo por detrás reservación ayudó controlar el uso de la cancha.”

City of Dallas Park and Recreation Department mantiene 91 canchas de futbol. Incluyendo 25 canchas con luz como la cancha de Benito de Juárez. Alguien que quiere usar las canchas para prácticas o partidos tienen que reservarlas. Los precios en Benito de Juárez para equipos de adultos son $26/la hora antes de las 7pm y $61/ la hora después de las 7. Los jóvenes pueden practicar o jugar por mitad de precio– $13/la hora antes de las 7pm y $31/ la hora después de las 7pm

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Hawkins nos dice que los vecinos de West Dallas deberían de llamar para reservar la cancha de futbol por si la quieren usar.

Ella dice que “No hay planes de quitar la barda.”

Cuando Dallas Free Press preguntó qué otras canchas de futbol que tengan bardas son manejadas por la ciudad, no podíamos obtener respuestas de la ciudad. También le preguntamos al miembro de la junta de parques Tim Dickey, que fue asignado a tomar decisiones acerca los parques de la ciudad y los centros de recreación por el concejal de West Dallas Omar Narváez. Dickey no quiso hablar en público de los parques o la cancha de futbol.


En los últimos años, al menos dos bardas en los parques Old East Dallas fueron quitadas, uno en Crockett Park, uno parque vecindario junto a Zaragoza Elementary School, y el otro en Willis Winters Park junto a Woodrow Wilson High School, donde también hay campos deportivos que son mantenidos por la ciudad.

La voz del vecindario

Reyes dice que es injusto que miembros de la comunidad de Los Altos paguen sus impuestos y no tienen el derecho en usar la cancha de fútbol de Benito de Juárez.

“Antes , la mayoría de la gente iba y corrían, andaban en sus bicicletas, hasta yo aprendí como llegar ahi, pero ya no tenemos acceso a eso,” Dice Reyes. “El mensaje que da la barda es que ‘tu no puedes venir aquí.’”

Mirna Mendez de Guatemala, una vecina que a vivido a través de la cancha por cinco años, dice que por cerrar esa cancha, ahora tienen que encontrar otras canchas disponibles y otros especiales de recreación lejos del vecindario.

Méndez está de acuerdo con Reyes que no hay punto en tener una cancha de fútbol en un vecindario si no está disponible para el uso público. Aunque hay un espacio vacío junto a la cancha, no es suficiente para usarla. No como la cancha de fútbol, el espacio vacío le falta las comodidades que tiene la otra cancha.

“Como vecino en esta área, no sólo puedes entrar ahí y jugar,” Dice Reyes. “Si quieres jugar futbol, tienes que jugar alrededor de los árboles y no es la misma experiencia.”

Tener luces instaladas fue uno de los mejoramientos que la ciudad de Dallas hizo para el Benito Juárez Parque de Héroes en el 2012 con fondos federales con la intención de mejorar y fortalecer vecindarios.

“Es un espacio grande pero no es un lugar ideal donde nuestros hijos pueden practicar deportes” Dice Méndez. “Como esta a lado de la calle no son las mejores condiciones y puede ser peligroso para nuestros hijos por si van detrás una pelota a la calle.”

Para los vecinos tener un lugar donde sus hijos puedan jugar es esencial. Durante los años la comunidad ha sentido que sus necesidades no se han tomado en consideración y la cancha de fútbol con bardas es un gran ejemplo.

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“Yo creo que lugares como  Anita Martínez Recreation Center o Wesley Rankin Community Center son organizaciones que pueden hablar por nosotros y tratar de convencer a los oficiales de la ciudad que abran la cancha otra vez para el vecindario.” Dice Méndez.

Impacto a la comunidad

Junto a Benito Juárez parque de Héroes esta Wesley Rankin Community Center´s Sarah Wilke Youth Center. El centro es anfitrión de programas para niños del vecindario. Han visto cómo sus actividades han sido limitadas por tener las canchas de fútbol cerradas.

“Tenemos nuestros campamentos de verano y ya tenemos como 200 niños registrados y ese es el tipo de espacio donde deberían de estar los niños, socializar y tener libertad,” dice Shellie Ross, directora ejecutiva de Wesley Rankin Community Center. “Hemos intentado en adaptarnos y hacer otro tipo de actividades como lacrosse pero solo que no se siente igual como jugar fútbol como una comunidad.”

Ross trató de llegar a un acuerdo con la ciudad para abrir una cancha al menos para unas actividades para el campamento de Wesley Rankin en el 2012, justo después que el parque tuvo bardas pero los oficiales de la ciudad nunca contestaron a tiempo.

“A través de los años hemos tenido que cambiar nuestro currículum un poco porque no tenemos acceso a la cancha, especialmente con niños hiperactivos, pedirles que corran alrededor de las bardas es menos divertido que tener una pelota de fútbol en la cancha.” Dice Ross.

Parte de las iniciativas de Wesley Rankin para dirigir estos campamentos e involucrar a niños en actividades es para mantenerlos ocupados y fuera de problemas.

“También hay otras cosas que hacer en la comunidad o espacios para pasar tiempo en una forma sana,” dice Ross. “Yo creo que teniendo espacios comunitarios en el vecindario causa que la gente se reúna más, en maneras positivas.”

Ross cree que abriendo la cancha de fútbol a la comunidad beneficiaria no solo los niños pero a sus familiares también.

“Si la cancha estuviera abierta, nos encantaría ver a nuestros hijos jugar, nosotras mamás también podríamos beneficiar en solo estar caminando dentro de la cancha, pero desafortunadamente eso es algo que no podemos hacer.” Dice Méndez.


Como resultado la comunidad de Los Altos ha sido forzada en buscar otras canchas de fútbol y otros espacios para jugar que están del otro lado del vecindario, tal como Jaycee Zaragoza Park y Recreation Center en Ledbetter y Bickers Park– que tiene bardas y solo se puede usar si tienes reservación, tal como las canchas en Mercy Street Sports Complex.

Está claro que el vecindario quiere su cancha de regreso.

“Creo que a este punto lo que tenemos que hacer es preguntarle a los vecinos ¿Cómo podemos hacer esta cancha más accesible?” dice Reyes. “Y luego podemos mandar ese mensaje a nuestro concejal o al departamento de parques y recreación.”

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    A soccer field in the community, but not for the community

    By Oscar Saravia,
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    May 15, 2022

    West Dallas

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    On a recent balmy evening, Los Altos neighbors were outside enjoying almost every aspect of West Dallas’ Benito Juarez Parque de Heroes.

    A woman walked her dog on the loop trail while a man rode his bicycle. A father and son tossed a football back and forth on the grassy lawn next to the playground, where children climbed under their parents’ watch. Young men shot hoops at the basketball court. 

    The only exception was the vast soccer field, lush with spring greens but barren of activity. The lock on the fence surrounding the field made sure of that.

    The field sits in the middle of the Los Altos neighborhood’s Benito Juarez Parque de Heroes. Years ago, it was a center of neighborhood activity, with pick-up soccer games and parents teaching their young children the sport.

    Since 2012, however, when the City of Dallas built a fence around the field, it goes mostly unused, except for the weekends when teams pay the city as much as $61 an hour to use the field for practice or games.

    Nearly a decade after the fence went up, residents of the surrounding Los Altos neighborhood say that they are still in the dark on why the city decided to privatize the only public soccer field the neighborhood had for recreation.

    Before the fence was built, people played regularly and helped clean the field to preserve the park, says Raul Reyes Jr., vice-president of the Los Altos neighborhood association.

    “It’s disappointing seeing that fence and knowing that you have to ask for permission to use it, especially when you see people from other communities come once in a while to use it,” Reyes says.

    Is a locked fence an improvement?

    Benito Juarez Parque de Heroes has special meaning because of the park’s history in Los Altos. In 1997, a former lot on top of a landfill finally became a park, which the neighborhood had been trying to establish for 17 years, according to an April 5, 1998 Dallas Morning News article.

    Once the park began to take shape, organizations and donors began contributing to remodel the park’s facilities. One of them was Samaki Walker, former Dallas Mavericks forward, who contributed $7,000 to construct a basketball court.

    “I looked at the landfill — it was pretty rugged and dirty to an extreme,” Walker said in the article. “I wanted to help the kids out. Where I come from, we had to walk four or five neighborhoods until we got the chance to play basketball.”

    The same article notes that “volunteers installed playground equipment and built a baseball diamond and soccer field” in 1998. The basketball court Walker funded is still in the park and, though it’s also fenced, it remains available for public use, unlike the soccer field.

    “My question is, why not allow that to the soccer part? If you fence in the basketball court, why not allow that same access to the soccer field?” Reyes says.

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    A year later in 1999, neighbors asked former District 6 Dallas City Councilmember Steve Salazar for a name change that would reflect their Hispanic pride. So the park’s name was changed from Winnetka Park to Benito Juarez Parque de Heroes. 

     A 17-foot bronze statue of Benito Juarez with a granite base also was erected at the park to commemorate the former Mexican president. Roughly a thousand West Dallas neighbors gathered to celebrate and to enjoy the new park.

    With the park established, community members began asking for amenities such as lighting at the park and around the soccer field. In a Dec. 21, 1999 Dallas Morning News article, Salazar confirmed that $200,000 was allotted for park improvements, with funds from both a voter-approved 1998 bond package and federal funds allocated for community development, including an $86,000 price tag for lighting. But the city said “a large demand of construction projects” was delaying the improvements.

    Neighbors complained that city officials didn’t care for what the community needed. 

    “The kids say that they want to play here because it’s their park, but there are no lights,” Isidro Gonzalez said in the article. “Nobody can do anything there after dark. This is a low-income community, and that may be why city officials are not rushing to put the lights up.”

    The improvements came a decade later, in 2009. A City of Dallas Park and Recreation Board agenda shows that, initially, the city planned to spend $246,600 in both bond funds and federal funds, but ultimately it spent $449,200 in Community Development Block Grant funds — intended to “build stronger and more resilient communities” — for  soccer field improvements, a loop trail, a portable toilet enclosure, site furnishings, two new parking lots — and “fencing.” 

    “The park’s previous soccer field — which was not fenced in — was highly used and, with so much use, the turf was getting compromised and could not get established,” Andrea Hawkins, who manages visitor experience and community engagement for Dallas parks, told Dallas Free Press via email when we posed questions to the city. 

    When the field was renovated, Hawkins says, “city and park officials decided to install a fence to protect the recent renovation and to prevent turf damage. The addition of the fence ensured good turf establishment, and the decision to make the field a reservable site helped to control field usage.”

    The City of Dallas Park and Recreation Department maintains 91 soccer fields, including 35 lighted fields like the one at Benito de Juarez. Anyone who wants to use fields for practices or games are supposed to reserve them. Rates at Benito de Juarez for adult teams are $26/hour before 7 p.m. and $61/hour after 7. Youth can practice or play for half the price — $13/hour before 7 p.m. and $31/hour after 7 p.m.
    Hawkins told us West Dallas neighbors should call to reserve the soccer field if they want to use it.

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    “There are no plans to remove the fence,” she says.

    When Dallas Free Press asked which other soccer fields managed by the City are fenced in, we couldn’t get answers from the city. We also reached out to Park Board Member Tim Dickey, whom West Dallas Councilman Omar Narvaez appointed to make decisions concerning the city’s parks and recreation centers. Dickey did not want to speak publicly about the park or soccer field.

    In the past few years, at least two fences at Old East Dallas parks have been removed, one at Crockett Park, a neighborhood park next to Zaragoza Elementary School, and the other at Willis Winters Park next to Woodrow Wilson High School, which includes several athletic fields maintained by the city.

    The neighborhood’s voice

    Reyes says it is unfair that members of the Los Altos community who pay their taxes don’t have the right to use the Benito de Juarez soccer field.

    “Most people used to go up there and run, ride their bikes, I even learned how to drive up there, but we no longer have access to that,” he said. “It’s just the message that the fence gives — ‘You’re not allowed to come here.’ ” 

    Mirna Mendez from Guatemala, another neighbor who has lived across from the field for five years, says that because the field is closed, they’re forced to find other open fields and recreation spaces far from the neighborhood.

    Mendez agrees with Reyes that there is no point of having a soccer field in the neighborhood if it’s not open for public use. Though there is an open space next to the field, it’s not good enough to use, she says. Unlike the soccer field, the open space lacks amenities that the field has.

    “As a neighbor of this area, you just can’t walk in there and play,” Reyes says. “If you want to play soccer, you have to play with the trees and that’s not the same experience.”

    Lighting was one of several improvements the City of Dallas made to Benito Juarez Parque de Heroes in 2012 with federal funds meant to improve and strengthen neighborhoods. Fencing was another. Photo by Nitashia Johnson

    “It’s a big space but not ideal for our kids to practice sports,” Mendez says. “The conditions are just not the best since it’s next to the street and that can turn out dangerous for our kids if they go chasing a ball.”

    For neighbors, having a space where their children can play is essential. Throughout the years, the community has felt as if their needs have not been taken into consideration, and the fenced-in soccer field is a prime example.

    “I think places like Anita Martinez Recreation Center or Wesley Rankin Community Center are organizations that could speak for us to try and persuade city officials to open the field again for the neighborhood,” Mendez says.

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    Impact to the community

    Adjacent to Benito Juarez Parque de Heroes is Wesley Rankin Community Center’s Sarah Wilke Youth Center. The center hosts programs for neighborhood children and has seen their outdoor activities cut short because of the closed soccer field.

    “We’ve got our summer camps that have up to 200 kids, and that’s the kind of space where they should be able to hang out and have freedom,” says Shellie Ross, executive director of Wesley Rankin Community Center. “We’ve tried adapting and doing other types of outdoor activities like lacrosse, but it just doesn’t feel the same as playing soccer as a community again.”

    Ross tried to reach a deal with the city to open the field at least for some of the outdoor activities for Wesley Rankin’s camps in 2012, right after the park was fenced in, but city officials didn’t respond in time, she says.

    “Over the years we’ve had to change our curriculum a bit because we don’t have access to the field, especially with hyperactive kids, since asking them to run around the fence is less engaging than taking the soccer ball onto the field,” Ross says.

    Part of Wesley Rankin’s initiatives to run these camps and involve children in outdoor activities is to keep them busy and out of potential trouble. 

    “There are few other community ways or spaces to spend our time in healthy ways,” Ross says. “I think having community spaces in neighborhoods causes people to gather in more positive ways.”

    Ross believes making the soccer field open to the community would benefit not only children but their family members, too.

    “If the field was open, we’d love to see our kids play, and us moms could also benefit by walking inside the field but unfortunately that’s something that we can’t do,” Mendez says.

    As a result, Los Altos neighbors have been forced to look for other soccer fields and spaces to play that are either on the other side of the neighborhood — such as Jaycee Zaragoza Park and Recreation Center in Ledbetter and Bickers Park — or fenced and used only through reservation, such as the fields at the Mercy Street Sports Complex.

    The neighborhood is clear that they want their field back.

    “I think at this point, what we need to do is kind of revisit that question with the rest of the neighbors of, how can this field be more accessible?” Reyes says. “Then we can push that message on to our councilman or to the parks and rec department.”

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